FANTASMAS EN LA ROSADA
“Pueden
venir cuantos quieran Que serán tratados bien Los que estén en el
camino Bienvenidos al tren Si vendo mi alma, ¿quién la comprará?
Si compro tu tiempo nunca mía serás Por eso es que vago y esa es la
verdad Si miento un poquito ya me perdonarás”
Fragmento de “Bienvenidos al tren” Sui Generis, 1974
Creo que en la Casa de Gobierno argentina hay
fantasmas que deambulan y buscan en la eternidad un resarcimiento o una
esperanza para irse a descansar en paz. Mientras tanto están ahí. Tal vez
alguna muerte injusta es el motivo por el que no se van y hasta que “algo pase”
en el futuro, los fantasmas seguirán jugando entre escritorios, oficinas y
salones, y cuando llega un nuevo presidente al poder a veces, hasta les
escriben decretos o simplemente con sus voces atormentan sus oídos con un tema
reiterativo. ¡El tren, el tren, el tren! Con tanta insistencia que no hay
magistrado que en sus discursos omita ese tema. ¿Qué habrá ocurrido en el
pasado para que estos fantasmas recorran permanentemente la casa de gobierno?
¿Los habrán engañado con promesas? Y no pueden descansar en paz. Que buscan
estos seres etéreos. No cabe duda que los fantasmas de la casa rosada son
ferroviarios y las pruebas son las siguientes.
“Bienvenidos al tren”
Red Ferroviaria Argentina 50.000 km de
vías.
La Argentina tuvo una de las más extensas redes
ferroviarias del mundo, desde 1857 cuando se inauguró la primera línea férrea,
con la locomotora “La Porteña” que en aquel entonces unía la estación Del
Parque, ubicada donde actualmente se emplaza el Teatro Colón, con la
estación Floresta. La Argentina en el Siglo XIX y XX creció al ritmo del
ferrocarril. La máquina a vapor sobre rieles resultó ser el medio más rápido,
seguro y masivo de transporte ya sea de personas o de cargas. Amplió la
comunicación entre ciudades y trajo la fundación y desarrollo de pueblos. John
Allan, un británico de tan solo 20 años fue el primer maquinista que recorrió
los primeros 10 kilómetros de recorrido en las pampas argentinas. Con el tiempo
se abrieron nuevos puestos de trabajo y una argentina pujante empezaba a crecer
en el sur del mundo. Con esas palabras don Hipólito Saravia festejaba con
alegría al ver crecer su pequeño comercio de aguatero, cuando debió comprar dos
carros extras para llevar el agua del Río de la Plata hasta la estación Del
Parque para servir a la locomotora “La Porteña”. Muchos sueños trajo el
“caballo de acero” que desde ese 29 de agosto de 1857 no dejó de crecer y llegó
a unir una inmensa “tela araña” de 50.000 km, la octava red ferroviaria en el
mundo.
Anuncios de progreso
Cada vez que un presidente anuncia la extensión,
recuperación o modernización de la red ferroviaria es motivo de alegría y
esperanza en cualquier parte del mundo. ¿Lo será también en la argentina que
hace más de cincuenta años que el ferrocarril viene en decadencia? Lo será
cuando ya nos acostumbramos a proposiciones incumplidas, inauguraciones de
obras que nunca se hacen y promesas de campaña en época electoral. ¿Volverá el
tren a ser un factor de progreso y crecimiento? Los fantasmas de la Casa de
Gobierno siguen haciendo de las suyas.
Proyecto Estación Central de Buenos
Aires
LA MEGA ESTACIÓN CENTRAL DE BUENOS AIRES BAJO EL OBELISCO
El Ministerio de Transporte anunció la obra de la
primera fase de la Red de Expresos Regionales (RER), que demandará tres años y
se adjudicará antes de fin de año. Allí confluirán todos los servicios
públicos, entre ellos los ferrocarriles Roca, Sarmiento y Mitre, que
prolongarán sus trazados bajo tierra hasta la 9 de Julio. El plan contempla
cuatro niveles. En superficie, la estación conectará con el Metro bus 9 de
Julio y el Eco bici. El primer subsuelo estará ocupado por la terminal de
combis. Un piso más abajo habrá un túnel peatonal que conducirá a las Líneas A,
B, C y D del Subterráneo y en un futuro con la nueva estación central del
ferrocarril Sarmiento. Finalmente, en el tercer subsuelo habrá andenes de la
línea Roca que se conectarán con el Mitre y el San Martín, más dos plataformas
previstas para que en una etapa posterior reciban los servicios de los
ferrocarriles Belgrano sur y norte, que serán enlazados con otro túnel. Este
proyecto que acaba de divulgarse ya lo había anunciado el actual Presidente de
la Nación Mauricio Macri cuando era Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires y estaba en plena campaña electoral por la presidencia. ¿Será un proyecto
más o esta vez irá en serio? Dicen que los fantasmas de la Casa de Gobierno
esperaban esta obra, que vagan por la rosada esperando “la estación central de
Buenos Aires”, acá comienza el misterio… Pero antes conozcamos las desilusiones
de estas almas.
ANUNCIOS, ANUNCIOS Y ANUNCIOS
Con el gobierno de Arturo Frondizi surgió el
denominado Plan Larkin, que consistía en abandonar el 32% de las vías férreas
existentes avalado por el Banco Mundial. Así se inicia una larga serie de
cancelaciones y levantamiento de vías. El general norteamericano Thomas Larkin,
vinculado por cuenta del Banco Mundial propuso al presidente Arturo Frondizi
reducir a 45.000 kilómetros de vías (que llegaban a 50.000), el plan proponía
luego reducir la red a 29.000 kilómetros. Con la llegada de Arturo Illia se
planificó un mejoramiento de la red ferroviaria. Que se llevó a cabo tras el
golpe de estado que lo derrocó y asumió la presidencia de Ferrocarriles el
general Juan Carlos De Marchi, (el de la Isla K, donde se iba a montar el Polo
Audiovisual más moderno del mundo, pero ese es otro anuncio que corresponde a
otro ítem de engaños) En ese período se puso en marcha un plan de modernización
e inversión en la red ferroviaria que contempló la incorporación de los
expresos de lujo, y se introdujo la computación en el expendio de pasajes.
También tuvo lugar una renovación del material rodante y locomotoras. Durante
1976 el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional (la última dictadura
Argentina) la extensión de la red bajó a 41.463 kilómetros en ese año. Se
clausuraron aproximadamente 10.000 km de vías (Reducción del 23 %) Se
clausuraron 1.000 de las 2.400 estaciones. (Se redujo a la mitad los 30.500
trenes × kilómetro hora de pasajeros que funcionaban en el país. En 1980 se pasó
a 31.113 kilómetros. Con la vuelta a la democracia el Doctor Alfonsín comenzó
con la electrificación del Ferrocarril Roca. Con el Doctor Menem cuarenta y cuatro años después de la nacionalización hecha por el General Perón, los ferrocarriles volvieron a manos privadas y cerró ramales privilegiando solo los servicios comerciables viables, clausurando muchos tramos necesarios y dejando pueblos aislados. En el 99 el Doctor De La Rúa pasó sin pena ni gloria y el año 2003 era esperanzador después de la crisis del 2001.
ANUNCIOS QUE NI EL AUTOR SE LO CREYÓ
Tren Bala Argentina (proyecto)
El Doctor Kirchner prometía recomponer el sistema
ferroviario nacional. Mientras los fantasmas de la Casa Rosada escuchaban sus
palabras, se reían sin parar. En un importante discurso decía “creo que en
esta tarea donde uno mucho tiene que imaginar, mucho hay que crear para volver
a generar la infraestructura del ferrocarril en la Argentina, lamentablemente
desmantelada, que es fundamental para la integración nacional, para la
integración demográfica global del conjunto de todos los argentinos y para
proceso de crecimiento y reconversión económica que necesitamos.” Ni él se
la creyó pero tenía que levantar el ánimo de un país devastado y todavía el
pueblo no conocía sus intenciones perennes de alternancia con su esposa en el
poder. En Agosto de 2005 anunció la electrificación del Ramal a la Plata del
Roca (el ramal Temperley ya lo había hecho Alfonsín), luego su secretario de
transporte Ricardo Jaime lo volvió a anunciar en el 2007 y nuevamente lo
anunció su esposa la Dra. Fernández en 2009. El tren bala fue la gran promesa
que ninguno de los Kirchner pudo cumplir pero que usaron como campaña
electoral, aunque si rastreamos en los archivos el primer presidente argentino
en prometer públicamente el tren bala fue el Doctor Rodriguez Saá que tan solo
en cinco días de gestión alteró a los fantasmas más que nadie hasta el momento.
SE ACERCA EL DESENLACE DEL MISTERIO
Estación Central de Buenos Aires año
1872
¿Por qué los mandatarios de la Casa de Gobierno
estuvieron siempre tan empeñados en dar anuncios ferroviarios? Parece que algo
pasó ahí, en el lugar donde hoy está emplazada la Casa Rosada. Vamos por parte.
No caben dudas que los anuncios ferroviarios dan esperanzas y progreso y porque
no decirlo suman votos. Hace unos días se habló de construir “La Estación
Central de Buenos Aires” y si mis datos históricos son correctos hace 144 años
se había fundado una estación con idéntico nombre que duró tan solo duró
veinticinco años hasta que fue desmantelada. Unía al Ferrocarril Buenos Aires
Rosario, el Ferrocarril Central Argentino y el Ferrocarril Buenos Aires al
Pacífico (los ferrocarriles que hoy están con la terminal Retiro) con el
Ferrocarril del Sud (que pasaba por Casa Amarilla y llegaba a Ensenada, actual
recorrido del Ferrocarril Roca con cabecera en Constitución). Parece ser que
los fantasmas de esos primeros ferroviarios soñaron con un país próspero y
comunicado donde el transporte de carga y de pasajeros fuera el mejor de todos.
Murieron con esos ideales y se quedaron en la Estación Central de Buenos Aires
para ver ese porvenir futuro y descansar en paz por toda la eternidad. Pero la
destrucción de los ferrocarriles y las falsas promesas los desanimaron y se
quedaron purgando en su propio lugar de trabajo, la estación. A propósito esa
estación Central estaba donde hoy está la Casa de Gobierno.
Red Ferroviaria a fines del siglo XIX
Información:
La Estación Central de Buenos Aires
estuvo operativa entre 1872 y 1897 junto a la actual Casa Rosada en la ciudad
de Buenos Aires, Argentina. Era un edificio prefabricado de madera, importado
completamente de Gran Bretaña, con una mansarda y cúpula de pizarra adornando
una pequeña torre con un reloj. La estación central tenía una plataforma sobre
la línea principal y otras dos correspondientes a dos vías muertas. Tenía dos
confiterías y dos salas de señoras. Los
trenes entraban desde el sur por un viaducto con altas columnas de hierro, que
empezaba en la estación Casa Amarilla y terminaba en la calle Victoria
(actualmente Hipólito Yrigoyen). Sobre dicho viaducto se construyó años
más tarde la Avenida Paseo Colón (donde hoy se encuentra el monumento a Juana
Azurduy). Cuando se habilitó la Estación Central, las vías se
encontraban junto al Río de la Plata. En el extremo sur de la estación se
hallaba la Aduana de Taylor con su muelle para cargas. En el extremo norte se
encontraba el ingreso al muelle para pasajeros. Con la construcción del Puerto
Madero en la década de 1890, dichas vías impedían el acceso a las tierras
ganadas al río, por lo que comenzó una oposición creciente al tránsito
ferroviario por el centro porteño.
Nota:
Sin duda que hay muchos párrafos más que no fueron escrito y forman parte de la
investigación. “El museo ferroviario Pilar” en sí mismo tiene muchos fantasmas
e historias que contar. Allí se encuentra a cielo abierto bajo la intemperie y
la herrumbre formaciones de trenes que solo hicieron cinco viajes en el auto
denominado “Tren de los Pueblos Libres”, un proyecto binacional con Uruguay que
se utilizó para la campaña presidencial 2011-2015 y es el mayor papelón
ferroviario mundial.
Tren de los Pueblo Libres abandonados en
Pilar
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